viernes, 17 de julio de 2009

EL PROBLEMA DE LA SOLEDAD


Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Heb. 4:14-16


Los seres humanos solemos a acostumbrarnos a llenarnos de bullicio para evitar la soledad, sin embargo la soledad hay que confrontarla, solo cuando hemos pasado por ese túnel podemos descubrir quienes somos, como nos sentimos y a partir de esa situación podemos poner en las manos de Dios nuestras vidas... estuve adaptado a esa clase de vida por mucho tiempo, pero debo desacostrumbrarme, necesito hoy buscar momentos de soledad para descubrirme, !mas que difícil proceso!, es tan tentador recurrir en esos casos a la autolástima, acomodarnos a la sensación de encontrarnos injustamente abandonados. Sin embargo superado ello, puedo ir hacia arriba y así cada día puedo darme cuenta que en verdad no me conocía... rodeado de gente o de cosas, con una agenda apretada de actividades para evitar la sensación de soledad, para sentirnos llenos, llenando nuestra vida de vacíos, muchas veces buscando la persona adecuada que llene nuestras vidas, que nos haga felices, pero cuando llega la crisis podemos comprender que eso no funciona... si, ahora quiero aprenderme a manejar en la soledad, a confrontar mis problemas y frustraciones y a ponerme en las manos de Dios, que me comprende, pues el también tuvo que manejarse en su soledad, 40 días en el desierto, buscando la soledad en la montaña para llenarse del Padre, cuando exclamó en su cruenta cruz "Padre mío, ¿porque me has abandonado?", si, tenemos un Sumosacerdote que puede compadecerse de nuestras debilidadades porque fue tentado en todo según somos tentados nosotros, aunque él sin pecado. Quizás esos sentidos momentos de abandono son lo que pueden llevarnos a establecer una verdadera relación con el Señor y partiendo de sanar esa parte de nuestra vida estaremos listos para manejar una relación sana de entrega a los demás, !solo cuando pueda aceptarme a mi mismo estaré listo para aceptar a los demás y solo cuando pueda amarme a mi mismo también podré a mar de verdad a mi prójimo!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario