"vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo". 2da Pedro 1:5-8
Virtud es aquella fuerza interior que permite al hombre tomar y llevar a término las decisiones correctas en las situaciones más adversas para tornarlas a su favor (wikipedia). Por ello la virtud está asentada sobre la fe, esa fuerza no proviene de si mismo, su fuente es Dios y un creer en que aunque no vea los resultados en el corto plazo, aun vale la pena.
La fe sin obras es muerta, las obras requieren voluntad y hechos; el cristiano es carta abierta de Dios al mundo, por ello los cristianos requerimos cultivar virtudes basados en esa fuerza interior que proviene de Dios, virtudes para hacer lo correcto, para sobreponernos a las tentaciones, para buscar el bien común y ayudar a los demás a encontrarse a sí mismos, para hacer justicia; esto requiere cultivar sabiduría, valor, autocontrol y justicia.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona (Confucio).
Virtud es aquella fuerza interior que permite al hombre tomar y llevar a término las decisiones correctas en las situaciones más adversas para tornarlas a su favor (wikipedia). Por ello la virtud está asentada sobre la fe, esa fuerza no proviene de si mismo, su fuente es Dios y un creer en que aunque no vea los resultados en el corto plazo, aun vale la pena.
La fe sin obras es muerta, las obras requieren voluntad y hechos; el cristiano es carta abierta de Dios al mundo, por ello los cristianos requerimos cultivar virtudes basados en esa fuerza interior que proviene de Dios, virtudes para hacer lo correcto, para sobreponernos a las tentaciones, para buscar el bien común y ayudar a los demás a encontrarse a sí mismos, para hacer justicia; esto requiere cultivar sabiduría, valor, autocontrol y justicia.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona (Confucio).
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